Todo comenzó como un murmullo suave pero molesto. Al principio estaba lejos. Estábamos a salvo. ¡Pobres mezquinos, pobres ingenuos! En la vida uno nunca está a salvo. El coronavirus planta una situación incierta también en Reino Unido. Un desafío sin precedentes a todos los niveles: económico, sanitario, social. También para los escoceses lo está siendo.
Diciembre, Wuhan (China) la COVID-19 conocido como coronavirus comienza a expandirse. Aquí en Europa, no quisimos escuchar los malos presagios y lanzamos al aire todo tipo de premisas sin base alguna: «La gripe mata a más gente en el mundo», «Qué exagerada eres», «Aquí en Escocia hay pocos casos», «Es una gripe», «Los medios son unos alarmistas». El escenario ahora es muy diferente, también el aislamiento ha sido el arma para combatir la pandemia en el Reino Unido.
Europa se enferma
Las primeras décimas de temperatura las padeció el país alpino. Casi dos semanas después desde que las medidas de confinamiento fueran decretadas por el Gobierno de Conte, las cifras ascienden a día de hoy 28 de marzo de 2020 a 86.498 contagios. España la sigue en la progresión con 72.248 casos, a pesar de que se cumplen dos semanas desde la declaración de estado de alarma. El mayor problema ahora es el colapso sanitario. (Véase datos actualizados en RTVE.es)
Escocia ¿cómo afronta la crisis?
La gestión de esta crisis por parte del Gobierno británico ha cambiado radicalmente en tan solo una semana. Mientras que en un principio se hablaba de una estrategia basada en una teoría que abogaba por la «inmunidad colectiva», un informe publicado por el Imperial Collegue de Londres hizo que en cuestión de días se tomara una estrategia totalmente diferente a la que se pretendió en un principio.
El pasado lunes Boris Johnson mandó un mensaje a la nación. En dicho mensaje se dejaron las recomendaciones y se paso a la prohibición. Claramente estos son los cuatro casos para los que la población solo podrá salir de casa:
«So, please, please, please, wash your hands» – apuntó Boris Johnson Primer Ministro británico y Primera Ministra escocesa, respectivamente
- Comprar productos de primera necesidad, reduciendo al máximo y cómo sea posible la frecuencia.
- Realizar ejercicio una vez al día: ir a dar un paseo, correr, montar en bicicleta. Habrá que ir solo o con algún miembro de la unidad residencial. Siempre se deberá mantener la distancia de seguridad.
- Asistir al médico o similar, así como ayudar a personas en situación de vulnerabilidad.
- Desplazarse al trabajo, pero solo en caso de que la actividad laboral no se pueda realizar desde casa.
La primera Ministra Escocesa Nicola Sturgeon también secundó esta nueva estrategia como era de esperar. Desde entonces ha mandado mensajes la población escocesa en la que también ha remarcado que «el coronavirus es el mayor desafío de nuestro tiempo». La importancia de guardar una buena profilaxis también ha sido una recomendación destacada para Surgeon: «Please, wash your hands» además del popular «Stay at home».

«Please, stay at home» – remarcó el viernes Nicola Sturgeon, Primera Ministra escocesa, en vísperas del fin de semana
Edimburgo es estos días una ciudad fantasma. La capital que en 2019 superó el medio millón de habitantes y que vive del turismo, además de otras industria como el desarrollo de nuevas tecnologías, se ha visto obligada a parar. Como medio mundo, es una ciudad que ha dejado de latir con la esperanza de volver a hacerlo pronto.
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